Tres poemas de
Maximiliano Sauza Durán
En tu cuarto de nuevo
cardumen de dedos
manada de nosotros
esas persianas cómplices de la madrugada
de ese panal de abejas y mieles inciertas
miro esos ojos de venado
mientras nos engullimos inundados
somos como niños subiéndose a un árbol
Elogio del bosque
Creativos mezquites y huizaches
sudando sus hojas
tu cuerpo y su sombra
—otro bosque.
Murmura la montaña con voz de media tarde
el sol posando para el gorrión en el tendedero
el gorrión celoso de la flor
y la avispa en tu cabello
te confunde con un árbol.
Todos en mi bosque
juegan con las flores
a ser sus propios bosques.
Ocurro
I
nací sin saberlo,
apenas hoy me enteré de ello
a alguien se le ha ocurrido
que yo ocurriera
la noche con su cíclica y prolongada esencia
se repite y me repito
todos los instantes en un precipicio
suenan los televisores y sólo escucho malas noticias
sé que estamos solos,
en la alcoba
no sucede el tiempo pues me lo venden muy caro
II
la tierra gira
y su llanto lo escuchan los astros
que en silencio se preguntan:
¿habrá vida inteligente en allá afuera?
busco algo así como una salida
al aire culpo por ofrecerse a todo el mundo.
El aire es principal culpable de todos los incendios
III
ocurro, ¿ocurro?
me lo pregunto en medio de un cuarto vacío
lleno de todo lo que a alguien se le ha ocurrido
ocurro, ¿ocurro?
flamean unas llamas silenciosas
a nadie le he pedido el favor de ser inocente
todos tenemos la culpa
de que yo esté ocurriendo.
Maximiliano Sauza Durán
Arqueólogo egresado con Honores por la Universidad Veracruzana. Ganador del Premio “Arte, Ciencia, Luz” 2016 a la mejor tesis de licenciatura en el área de Humanidades. Es autor del libro de cuentos Los monstruos de marzo (2016).