Un poema de Alejandro Carnicero
(Ciudad de México, 1998)
Pierrot da dos pasos
alejándose de aquello que llaman vida
en las vías subterráneas
postra tacones sobre una torre
tan lejana del suelo
tan lejana de los gestos
cerca de los términos vacuos
porque vacuo el pavimento logrará salvarlo
cae Pierrot contra retazos extranjeros
se atora en la locura de cactáceas
en algún molino bohemio
La Motte Picquet Grenelle
se tiñe de blanco:
tus lánguidas piernas, transeúnte frustrado,
lucen un traslúcido amoníaco;
Pierrot visita calles transparentes
asusta la infancia real
por cada ladrillo lunar
Ah Pierrot
tu vieja aliada siempre será la cárcel cutánea
el vacío férreo disfrazado de café
todo el metal que nos cubre cuando tus mejillas funde el blanco sol
con farolas tus poros escondiendo
Ah Pierrot
ronca ahora como monumento salino
da las gracias a tus hormas
porque han llegado por ti.
Alejandro Carnicero (Ciudad de México, 1998). Estudiante de Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Twitter: @DieselPodrido